quarta-feira, 26 de maio de 2010

Mis Camelias -7

Raúl Iturra

5. - El Crecimiento.

Es más de que conocida esa idea cultural, de que los hijos no escogen a los padres que tienen[90]. Esa idea está en todos los pensamientos, especialmente entre los hijos de familias con problemas domésticos dentro de casa. Cuando crecen, se apartan de sus padres para tener vidas autónomas e independientes. Esa idea es casi un proverbio, especialmente en los países latinos, donde los papás están siempre detrás de los hijos, cono si ellos aún no hubieran crecido, como si no fueran ciudadanos autónomos, con soberanía. Ser padre o madre, sin embargo, no es sólo una relación biológica, es una relación social. Esa relación que define de quién se es hijo, cual la situación social, los interdictos y prohibiciones para casar, para hacer hijos, para los deberes de alimentar a la descendencia, de educarlos y cuidarlos en cuanto no son autónomos. Es un hecho social, del tipo definido por Durkheim en 1893[91], en su texto conocido como la División Social del Trabajo. Hecho social, pero también legal[92], como he referido tres líneas atrás. Es casi redundante decir hecho social y también legal, porque si no hubiera una relación social entre quienes pueden casarse y quienes no, quienes pueden casar con quien y con quien no, no sería un hecho social, que debe ser legislado, como el propio Durkheim refiere en su texto de 1893 y yo comento en varios de mis libros.

De hecho, la relación entre padres e hijos es una relación de Derecho, ese juego de palabras que gusto usar, entre hecho y derecho, como es el juego de ser padres y tener obligaciones con los hijos, que pueden ser muy pesadas muchas veces. Al comienzo, es el romance de la paternidad de dos enamorados que se quieren profundamente y que, como resultado de su pasión, nacen niños que se enferman, que lloran, que tienen que ser operados, o que, cuándo crecen, acaban por tener dificultades en la manutención de su familia, familia hecha siempre por medio de una relación contractual, al estar definida no apenas en el texto citado del Código Civil, como también en los textos de varias religiones, consideran sagrados, es decir, respetables y deben ser obedecidos.

Creo que, antes de pasar a los comentarios de los textos, querría hacer un comentario sobre el hecho de la paternidad. Normalmente, las personas amamos tener hijos que nos llenen de alegría y sean nuestra paz en el día de ellos tener su descendencia. Siempre he pensado que el estatuto de abuelo-abuela, es el mejor galardón para un padre y una madre que se han preocupado con sus hijos de todas las maneras posibles y con todas sus energías, que deben aceptar las reglas que nos imponen cuando los descedientes están a criar a sus propios hijos. Lo que menos desean es intromisión de sus adultos del día de ayer, los viejos del día de hoy, porque lo que para nosotros los adultos mayores es una delicia, para los nuevos jóvenes adultos acaba por ser una imposición, o, pero aún, una intromisión. Recuerdo, cuando yo era adulto joven, haber impuesto leyes de visita a nuestra casa a mis padres y a mi suegra. Mis padres tenían la costumbre de entrar en la casa de sus hijos casados, cuándo querían y a su conveniencia. Es necesario confesar que nunca venían con las manos vacías, siempre había regalos, como mi mujer y yo hacemos hoy, al visitar la casa de nuestros hijos y los hijos de ellos. Hoy en día, puedo advertir que era una intromisión en la vida de los que nos tenían criado con grande esfuerzo y mucha paciencia. Quién me enseñó a hacer como debía ser, fue la madre de mi mujer: siempre estaba presente, de forma discreta, casi en silencio, siempre a ayudar en los quehaceres domésticos, cariñosa con sus nietas, sin nunca interferir en nuestra especial forma de educación, con mucha gente en casa, con visitas de las amigas de nuestras hijas y con un profundo sentido de la maternidad. Ese sentido de maternidad que la acompañó hasta su último día, heredado por sus hijas y sus nietas.


Hijas y nietas que han aprendido a controlar las incursiones de sus padres, especialmente las mías, dentro de sus vidas de adultos, particular y privada. Particular, porque piensan de otra manera, piensan de forma británica: toda persona es autónoma, libre e independiente, especialmente si los padres son padres gallinas, que están siempre a querer saber lo que se pasa con sus hijos y con sus nietos, o quieren ayudar cuando no es necesario, como piensan y creen en su entendimiento de padres jóvenes. La madre de mis hijos aprendió rápidamente que era mejor dejar solos a los hijos y a sus descendientes y preguntar sólo cuando ellos llaman. Las preocupaciones de nuestros hijos, las hablamos entre ella y yo. Es decir, cuando ella quiere hablar, que ni siempre es el caso, por ser una mujer prudente. La madre de nuestros hijos ha pasado también, por el hábito y las costumbres, a pensar y actuar como la cultura británica manda, en lo que tiene mucha razón, de otro modo no sobreviviría en una cultura ajena a nuestros hábitos y costumbres, al nuestro tipo de pensamiento, que es eso mismo, como mi suegra, de tentar cobijar sobre sus alas a toda las descendencia. Los hijos lo quieren ser solo cuando buscan el afecto y el apoyo de su madre, porque nosotros, los padres latinos, seguimos dentro del montón de información de los que desean saber sobre el comportamiento, salud, aventuras y desventuras de nuestros descendientes. Los padres latinos, somos ¡montoneros! No es un movimiento, es otro hecho social, como está definido por Durkheim, citado antes. Montoneros del tipo Manuel Rodríguez, el patriota chileno que he citado en otro libro mío, pero que no puedo resistir colocar otra vez dentro del texto, para que mis descendientes sepan quién era el héroe que ayudó a consolidar nuestra independencia como colonia de la Monarquía Española en 1810-1819: Héroe militar Coronel Manuel Rodríguez Ordoíza.

Su vida pública comenzó el 11 de mayo de 1811, al ser nombrado Procurador de la ciudad de Santiago por el Cabildo Metropolitano. El 4 de septiembre de 1811, fue elegido Diputado al Congreso por la ciudad de Talca. El 15 de noviembre de 1811, fue elegido Diputado por la ciudad de Santiago. El 16 de noviembre de 1811, fue nombrado Secretario de Guerra. La fuente de la información es el periódico del Sacerdote denominado el Padre de la Buena Muerte, Camilo Henríquez, fundador y Director del primer periódico chileno, La Aurora de Chile[93] . Era llamado de la Buena Muerte, debido a que la Orden de la cual era parte, estaba formada para asistir a los más enfermos, por un lado. Por otros, Camilo Henríquez se había librado de las investigaciones y reglas de comportamiento social mandadas por la Inquisición Española, de muy buena salud en la Colonia de Chile. La denominada Santa Inquisición, que, de Santa, solo tenía el nombre, porque mataba paganos de toda suerte, definiendo pagano como todos aquellos que no cumplían los mandatos que "La Santa" iba creando, esta Santa lo perseguía por causa de sus escritos subversivos y en pro de la Independencia de la Colonia, llamada en ese tiempo El Reyno- la palabra no es una falta de ortografía, era así que se llamaba la Colonia hasta su emancipación en 1810 y pasó a ser República, el día 12 de fevereiro de 1818, en un acta firmada por el Director Supremo en el aniversario de la Batalla de Chacabuco, en que habían corrido con los españoles monárquicos. O'Higgins fue nombrado Director Supremo y, en el día 12 de fevereiro de 1818, primer aniversario de la Batalha de Chacabuco, declara formalmente la independencia de Chile, que se confirmaría con la victoria del ejército chileno en la Batalha de Maipú, el 5 de abril del mismo año. El original de este texto está escrito en portugués, pero lo traduje de forma libre, texto completo con copia del Acta, en la cita de la nota al pié de página[94]
Había aún batallas para ganar y dejar el país libre de conquistadores. Aún cuando la batalla de Chacabuco, llamada así por haber sido peleada en esa encuesta de la Cordillera de los Andes, parte chilena, había acabado casi con el ejército de los españoles, con la colaboración del General argentino José de San Martín, quién estaba advertido de los movimientos de las fuerzas realistas que lo esperaban del otro lado de la cordillera, por los informes que le hacían llegar patriotas que permanecían en Chile, como Manuel Rodríguez y Camilo Henríquez entre otros, enviados personales y guerrillas locales que hostigaban a los invasores. La información aparece en la ligación que cito al pié de página[95]:

Pero aún había batallas necesarias de ganar. No es por acaso que el Acta de la Independencia hubiera sido redactada, escrita y proclamada en la, en ese tiempo, Villa de San Agustín de Talca, después de haber ganado las batallas contra las tropas realistas en los capos de fuera de la Villa, hoy ciudad, de Lircay y de Cancha Rayada, en Talca, una batalla que los Chilenos iban perdiendo pero la intervención del pueblo de la Villa, y la llegada de refuerzos traídas por el General Freire, desde Concepción, salvó la Patria, como aún se dice en el lenguaje cotidiano de los chilenos, y Chile pasó a ser independiente. Salvar la Patria es usado como forma de hablar común cuando hay una catástrofe de cualquier tipo y se recupera lo perdido. Como ese día de los años 90 del Siglo XX, cuando perdí mi cartera con documentos y tarjetas de banco, en el terminal de buses que me transportaba desde Valparaíso hasta Talca. Llamé de inmediato por teléfono a mi hermana en Talca desde el terminal en que estaba y le pedí que mandara cancelar mis tarjetas. Para mi alivio, cuando dejé de hablar con ella, la cartera había sido encontrada por una señora que preguntaba: ¿De quién es esta cartera?. Bueno, mi alivio fue inmenso. Llamé de inmediato a mi hermana, que, sabiendo lo despistado que yo soy y lo cuidadoso con mis asuntos bancarios, aún nada había dicho al Banco, en ese Viernes de Enero de 1999, a las 12 del día. La llamé de nuevo, con mi hermana María de los Ángeles que me acompañaba, le dije. "Linda, ya la encontré", ella respondió: "Yo sabía, por eso no he llamado al Banco. Tú eres muy cuidadoso como para perder algo de tanta importancia. Salvaste la patria, hermano..."
Camilo Henríquez fue otro héroe de la Independencia de Chile. Como estas palabras son para mis descendientes, educados lejos de la memoria de no puedo dejar de colocar dentro del texto, quién era Camilo Henríquez y cómo fue héroe de la Independencia de Chile. El texto, retirado de la información en línea, llamada Memoria de Chile, dice: Haciendo de la pluma una espada.

Camilo Henríquez nació el 20 de julio de 1769 en Valdivia. A los catorce años de edad fue enviado a Lima (Perú) por sus padres, para que continuara sus estudios básicos. En esta ciudad estuvo bajo la tutela de su tío materno, el Padre González, quien lo matriculó en el convento regido por la Orden de San Camilo de Lellis o de la Buena Muerte.

Fue durante los años de convento que Camilo Henríquez se consolidó como hombre de letras. En este lugar tuvo la posibilidad de conocer un mundo culto e ilustrado, además de tener contacto con hombres doctos y eruditos. Asimismo, fue allí donde asumió su discurso ideológico en pro de la libertad e independencia de las colonias del Nuevo Mundo.

Regresó a Chile en 1810, motivado por el movimiento emancipador que se estaba gestando, deseoso de transmitir sus ideas revolucionarias. Se entregó por entero a la causa de la Independencia y escribió una de sus mayores obras a favor de la libertad: La Proclama de Quirino Lemáchez, en 1811. Ese mismo año, redactó otro de sus famosos discursos, Sermón en la instalación del Primer Congreso Nacional con ocasión de la inauguración del Primer Congreso Nacional en Chile.

Tras la llegada de la imprenta a Chile en 1812, Camilo Henríquez fundó el primer periódico de la nueva nación independiente, la Aurora de Chile. [96]

Esta publicación fue la que colaboró a informar lo que pasaba en Chile, significó una decisiva herramienta para este hombre de letras, quien se desempeñó, tras ser designado por la Junta de Gobierno, como uno de sus principales redactores.

Con la aparición de este primer periódico, el pueblo chileno pudo conocer los ideales republicanos de Camilo Henríquez, lo cual se evidenció desde la publicación del primer número, el 12 de febrero de 1813. Este número modelo, recibió el nombre de Prospecto, y en éste Camilo Henríquez señaló en forma clara los objetivos de La Aurora de Chile: construir los valores de la nueva nación chilena y configurar su identidad.
Esa Independencia ganada por nuestras descendientes en su edad adulta, que estamos obligados a respetar.
Esta publicación no solo ayudaba a dar información, bien como era más una manera de entender lo que pasaba entre uno y otro lado de la Cordillera, ayudando así, Camilo Henríquez, a Salvar Patria.
Esta información no es toda mía, está retirada de varias fuentes de la historia de la República de Chile en línea, que se encuentra en los sitios que voy a definir en breve. La Independencia de Chile no fue fácil de alcanzar. Al contrario, es hasta extraño que haya sido posible, porque había muchas derrotas y muchos desastres. Las fuerzas españolas sabían lo que debían hacer, las de los chilenos, ciudadanía creada apenas en 1829 por O"Higgins, antes de abandonar el poder y el mando y refugiarse en el Perú.

Chile entró en un período de inestabilidad, porque era muy difícil organizar un país habituado a ser gobernado desde afuera, Normalmente, la administración era hecha a partir de Madrid, con la intermediación del creado virreinato del Perú. No había experiencia de auto gobierno. Lo que existía era una manera de ser sometidos a las leyes no sólo del Reino de España, sino que también a lo que los condes y barones, o la aristocracia llamada criolla, mandaba, especialmente si esa aristocracia era capaz de mandar por poseer todas las tierras y los medios de trabajo y producción. La población nativa y la mestiza era mucho mayor que la población de propietarios. Siempre he dicho que Chile es un país de mestizos, solo que, me parece, nadie quiere creer. Como he dicho en varios libros míos, la Historia de Chile contada por Jaime Eyzaguirre[97] y por Francisco Encina[98], acaba por ser una vergüenza. Ambos aseguran en sus textos de que Chile es de Raza Hispánica, como está definido hasta en las Enciclopedias de todo tipo, entre las cuales la Wikipédia, escrita por alguien que ha pensado en lo que no debe y ha escrito lo que es más conveniente, pero nada adecuado, esas palabras mías definidas en mi libro del año 2000, O saber sexual da crianças. Desejo-te, porque te amo. Libro en el que defino el origen de Chile y de los chilenos, texto ofrecido por mí a las Universidades Chilenas, pero que nadie quiere traducir porque las persona estiman que son muy españoles. Como Eyzaguirre y Encina, cuyos nombres y prosapia indican de inmediato que no hay relación de sangre entre sus familias y los denominados criollos de Chile. Es como si el cordón umbilical a la, denominada en Chile, la Madre Patria, el Reino de España, aún no se hubiera cortado. Hasta existe un día especial, el 12 de Octubre de cada año, que es fiesta y día feriado, llamado el Día de la Hispanidad, desde 1971, porque hasta el Presidente Allende lo que se celebraba era el Día de los Descubrimientos, idea ridícula de celebrar la muerte de tantas etnias naturales del continente americano, desde México, duro, peor aún en el Perú, y en Chile, de la forma que he narrado y probado en otros libros míos. En ese día se conmemora el descubrimiento de lo que, en esos tiempos del Siglo XIV, más precisamente en 1492, Cristóbal Colón denominó las Indias Orientales, que pasó a ser, aún en vida de Colón, América o las tierras de Américo Vespucio, un asistente del Descubridor, que tuvo la idea de hacer un mapa de toda lo que es hoy, América Latina. Lo de latina, es lo que no entendemos por qué, si los romanos nunca estuvieron en el llamado hoy, Nuevo Continente. Talvez el nombre haya sido inventado para separar los dominadores de los dominados, todos dentro del Nuevo Continente. Asunto que se puede pensar al saber que partes de lo que era México, como Texas y otras provincias, don hoy de los Estados Unidos de América y no de la República de Estados Unidos de México.[99] Ese día de la Hispanidad, en mi manera de pensar, debía ser cambiado y mudado para otro tipo de nombre: el día de la esclavitud, el día de la invasión, todo, excepto el día de la Hispanidad. Ha sido cambiado también, en el caso de Chile, para el Dia de la Raza.[100]
No puedo olvidar cuando discutía con un señor que decía que se sentía muy Español, y yo, al ver su cara color de cobre, con un mentón cuadrado, muy típico de los Mapuche, le pregunté cuál había sido el oficio de sus padres y el me respondió, barqueros que guiaban barcos desde el río Maule hasta el mar, porque conocían toda la parte baja del curso del río: Dónde había bancos de arena, dónde se podía pasar sin peligro, dónde había rocas que debían ser evitadas, un tipo de saber que había encontrado yo entre el clan Picunche de la Etnia más conocida de Chile, los Mapuche. Es por eso que me pregunto qué celebraba en el día de la Raza, si los mismos chilenos hijos de nativos, se creen ser españoles y blancos. Siempre he dicho que mi gran pena es ser descendiente de Españoles y no tener nada en mi rostro que revele que soy diferente. En Chile no sólo se celebra el día de la Raza como día de España-como mi madre española decía a mi padre descendiente de vascos por muchos siglos: "Nosotros vinimos para tirar las plumas de tu cabeza, si no fuera por nosotros, aún andabas con plumas, como Lautaro, Colo-Colo, Galbarino..." Evidente era que lo hacía por simpatía. Nuestra madre era solidaria con las desgracias de los chilenos pobres, que eran muchos. Es esa batalla peculiar en Chile, quién es más blanco y más español... Peculiar, por la vergüenza de poder, eventualmente tener algún ancestro nativo en su genealogía.[101].

No es bien claro que es lo que se celebra en el denominado día de la raza, porque hay los que dicen Hispanidad, otros de Genocidio, otros de cuál raza, todos se preguntan por qué. Pero hay un asunto que es cierto: el día de la Raza fue creado por motivos políticos, que voy a citar[102]. Estoy cierto de mis descendientes, cuándo lean estas dudas del abuelo, en los hechos, las dudas del Opa Daddy para los de Holanda, o Grand-Pa para los del Reino Unido o Inglaterra, como ese Reino Unido o Comunidad de Riqueza, en inglés Commonwealth, se dice en Chile, como si el Reino Unido fuera apenas Inglaterra, dejando fuera la autonomía de otro reino que está dentro de la Commonwealth, como Escocia, o el Principado de Gales, para mí el País de Gales, la aún en guerra y luchando por su autonomía, Irlanda del Norte, esa denominada Provincia de Ulster, que paso a dar pistas para que mis descendientes sepan dónde está y lo que en ella acontece,[103], los países del Canadá Inglés, Australia toda y otros territorios, como las Islas Malvinas de Argentina, denominadas Falkland Islands por los británicos, el morro ibérico o Giblartar, de soberanía británica. Para no incurrir en errores, voy a citar lo que se entiende por Reino Unido[104]. Es necesario definir también cómo y por qué este Estado es parte de la soberanía del monarca inglés, esa comunidad de bienes,[105]entre la antigua Inglaterra de Isabel I de Windsor que conquistó el mundo, incluyendo a Escocia. Abandonada por su corte e sus apoiantes, Mary Stewart, o Maria Estuardo en Castellano, que había sido reina de Francia, antes de Escocia desde los 9 meses de edad, teniendo como Regente a un tío suyo, Robert de Bruce, fue escogida por Maria de Guisa, reina de Francia, para ser la mujer del Delfín o heredero de la Corona de Francia, Francisco II, muero muy joven de cólera, vuelve a una Escocia dividida entre protestantes y católicos. Fervorosa Católica, no sabe qué partido tomar y acepta la ejecución de católicos como de protestantes. Es obligada a casar, como cuenta la historia que, en parte reproduzco al pié de página[106]. La historia de la llamada Reina de los Escoceses, está narrada por Stefan Zweig[107], en un libro que leí desde niño y que, entre tanta mudanza de país, he perdido. Maria de Escocia fue acusada del crimen de adulterio con su Secretario privado, David Ricio, como consta en los libros de Historia[108].

Ha sido ese mi habitual desgarro del texto central, para indicar a mis descendientes para dónde mirar si quieren saber más. Porque el texto central habla sobre el crecimiento de nuestros descendientes y no he escatimado texto ninguno para referir las historias más amadas por mí y que leía a nuestras pequeñas hijas siempre que podía, sólo que eran libros en inglés, la lengua que ellas debían hablar dentro de la vida social con interacción entre británicos. Solo la madre de mis hijas es quién hablaba siempre en Castellano, quedando así bilingües desde su más tierna infancia. Debe ser esa la razón por la cual, hoy en día, hablan tantas lenguas. Habitualmente, los colonizadores ingleses sabían apenas su lengua, hasta el día de hoy. Nuestros descendientes hablan el inglés sin ninguna dificultad, hijas, yernos y nietos.

De alguna manera el crecimiento de ellas fue siempre muy apreciado por nosotros, sus padres. Muy cuidadoso, diría yo. Camila era la más difícil de educar. Como pasaba con una hermana nuestra, madre de cuatro, habuela de muchos más y bisabuela a los 45 años, que desde muy niña, esa hermana Flor María, inventaba enfermedades para no ir al colegio, Camila también: ¡hasta parecía genético! No había día que no tuviera rabia de ser despertada a las siete de la mañana, para ir a su escuela, a media cuadra de casa. Siempre había un problema. Ya no sabía si creer o no. Normalmente, y contra la opinión de mi mujer, no le creía, lo que hacía de la ida a la escuela un suplicio que, con mucha paciencia, yo iba aguantando. Un día, dijo que no podía andar, que le dolía el estómago en la parte derecha del mismo y cojeaba. Quedé en la duda, pero no tuve ninguna compasión y la llevé a la escuela. Fui llamado de inmediato desde la Escuela a mi Departamento de Antropología en Cambridge porque la niña vomitaba. Corrí en mi bicicleta, en esos jóvenes 33 años, legué a la escuela en medio minuto - en Cambridge es un amontonamiento de sitios de uso social, todas las estructuras convenientes, estaban al lado de la otra, eso sí, dentro de la Universidad. Al verla, estaba pálida y lloraba de dolor. Así de inmediato le llevé al Centro de Salud nuestro o Surgery en inglés, la vio nuestro médico y diagnosticó una apendicitis aguda que debía ser operada en ese mismo día y hora. En la bicicleta la llevé al Hospital de la Universidad, Addenbrook"s, donde, en el día y hora que escribo esta parte de este libro, ella también se encuentra, por motivos mucho más tristes y pesados, horas del luto de ella y su hombre, por la pérdida de un niño, noticia que espero saber a todo minuto, pero que me han prohibido preguntar porque interrumpo. Más un problema de las culturas diferentes entre padres e hijos: la lengua, el pensamiento, las ideas y las costumbres. Camila adulta, está sola a perder su bebé con su hombre, mi mujer es la paloma mensajera que me ha prohibido preguntar hasta ella no me decir alguna cosa, sin Dios ni Ley. Cuando era el padre joven que la llevó al Hospital y quedó internada, de inmediato llamé a mi mujer que estaba en trabajos en Norwich, ciudad cercana, pero distante de la nuestra. Llegó de inmediato, como buena madre que ha sido siempre, cuándo la niña estaba a ser operada. Lloró, traté de consolarla levemente, no may mejor alivio que llorar en esas situaciones, la acaricié para provocar más llanto, y esperamos, esperamos, esperamos. La operación era arriesgada y debía ser todo limpio porque el apéndice se había reventado. No puedo olvidar, dentro de su dolor, la mirada triunfante de Camila que me encaró y me dijo: "Wel, then, Dad, ¿was"nt I sick?". Estaba orgullosa de su reivindicación. La tomé en mis brazos, a esa mi niña querida, la acuné y le dije que lamentaba tanto no haberla creído, que había colocado su vida en peligro y que lo lamentaba. Yo estaba deshecho, por no haber creído, pero sí por su enfermedad, que ella no entendía. Camila sólo quería tener razón y mostrar a su padre que era injusto con la hija. Al salir del quirófano, ese theatre en inglés, que en Castellano sería Teatro, el drama comenzó. La médica que la había operado me encargó que ese día solo podía beber agua y ser alimentada por suero. Cuando pasó de nuevo, tarde ya, me recomendó que debía caminar lo más posible para mejorar el período post operatorio. Al día siguiente la levanté de su cama de hospital temprano y caminó, para su disgusto. Ella estaba... ¡Enferma! Le hacía perder su gran triunfo sobre mí, ese creer ella que yo no tenía confianza en sus palabras. Mi mujer llegó más tarde y al verla caminar, se enojó y me dijo, Raúl. Por Dios, como te atreves, ¡la niña no está bien! Bueno, era lo que Camila esperaba, ese apoyo de enfermedad que su madre siempre le daba. Eran dos especialistas en la materia. Camila comenzó a cojear de inmediato y me lanzó una mirada muy perturbadora. Con mi calma habitual, expliqué a Gloria que la médica había dicho que debía andar para mejorar. Gloria dijo, qué saben estos médicos, si ni papás son. La tomó en sus brazos, la metió en la cama, comenzó a acariciarla y yo me separé con tristeza, la enfermedad iba a ser más prolongada de esa manera. La médica pasó, y dijo que hacía esa niña en la cama, si ya estaba sana. Por prudencia callé, no quería abrir brasas otra vez y le pedí que hablara con mi mujer. Ella, en su buena voluntad, la oyó, dijo, bueno si es así, yo la hago andar. Pero fue con su madre que anduvo, conmigo no quería nada, era la perfecta hija de una madre perfecta. Le entregué el turno a ella, me fui a buscar a Eugenia que había quedado en casa de amigos, la llevé a la nuestra y dejé a madre e hija regalona, por cuenta de ellas. Yo era un estorbo en dos sentidos: para ellas, y, lo que era peor, para la mejoría de nuestra bien amada hija. Y a en casa, la enfermedad de Camila se prolongó por muchos días. ¡Paciencia! Esa era nuestra realidad. Como la de hoy, que treinta años después, se repite. Voy a parar un poco. Es una forma de escribir sobre hechos pasados que me duelen profundamente. Frente a las mujeres de mi casa nunca tuve razón, ni antes, ni treinta y muchos años después. Mi ideal de familia estaba, como hoy, destrozada. Me había preparado toda la vida, para... nada... y la cosa ninguna, como acostumbra decir

De certeza que Alice Miller[109] debe tener alguna idear sobre éstos comportamientos, como el analista de Gloria tenía, el psiquiatra chileno exilado como nosotros, Martín Cordero, me explicara un día: él me dijo, Raúl, cuando las mujeres opinan, es mejor que tengan razón, porque son muy porfiadas, ellas siempre ganan, pero si las amamos, ya no importa. Y era verdad. Yo amaba a mi mujer y la dejaba hacer como entendía. Como a nuestras hijas, hoy en día, ya adultas, que hacen como entienden y cuando entienden ahí donde los papás no debemos intervenir, pero si intervenir en el momento que parece necesario, de acuerdo a las costumbres que, para nuestros hijos de hoy en día, adultos como son, es la menor intervención posible de sus padres. Los hijos adultos de hoy, no son como era en nuestro tiempo de juventud. En nuestro tiempo de padres nuevos, precisábamos mucho de los nuestros, como ya he narrado. Pero ahora, con un nuevo tipo de economía, con un nuevo tipo de liberalismo económico, los hijos adultos y sus hijos, en cuánto más solos, mejor para ellos. Por lo menos es lo que refieren, o mejor, definen una amiga y comadre, la Bibliotecóloga Mariana Giacaman Valle[110] y una de mis hermanas, la analista Blanca Iturra Redondo[111]. Las dos, que saben mucho sobre la infancia, un mal de familia me parece, opinan que cuando más rápido cortemos el cordón umbilical que nos une a nuestros descendientes, es mejor para nosotros como adultos mayores y para nuestros descendientes.

En parte, debo reconocer, tienen razón, porque si los adultos mayores entramos en la vida de nuestros descendientes, dos hechos pueden pasar. El primero, es que no permitimos el crecimiento de nuestros hijos, para que puedan, a su manera, ser mamá y papá[112], o padres, si no pensamos en sacerdotes, o como se dice en Chile, los papás, o, aún más, el posesivo mis papás. Cada vez que hablo con uno de nuestros colaterales, dicen "mi mamá", y les habo recordar que somos muchos y que, hasta donde yo sepa, todos hijos de los mismos ancestrales. Hay la forma pituca[113] de decir: la mamá, el papá, palabra derivada de las formas mapudungún de hablar castellano en Chile.

El segundo punto, es que pasamos a criar hijos otra vez, y de forma peligrosa, porque esa tercera generación pertenece a un grupo de la generación que, como decía mi mujer hace pocos días, después de cuarenta años de vivir fuera de Chile, ni ella entiende. Me pasa lo mismo a mí. Cuando voy a Chile, hay una frase que me costó entender y, más que nada, aceptar, esa frase que yo decía en niño: "no me gusta, no quiero", ahora se dice: "yo, no hehtoi ni ahí, ¿te fijái?". La H que he puesto antes y en el medio de la palabra, es la forma moderna de la llamada pituquería, porque la s es aspirada o forma afectada de ser, porque no apenas se dice la frase, bien como se mueve una mano de arriba para abajo y se hace una mueca con la boca, y el te "fijaí, es lo que yo diría: ¿te das cuenta?, o aún, ¿te fijas?.

Si en las palabras, éstas son apenas un ejemplo, tenemos diferencias conceptuales y sabemos, como he definido, después de ardua investigación en otro libro mío, que las palabras hablan, las palabras hablan lo que se siente y lo que se piensa. Si yo pienso en socialista, nuestras hijas, hoy en día piensan, en neo liberalismo necesariamente. Como ya definí en otro texto mío, para mi periódico, vivimos en una era globalizada de la economía y la economía, derivada de las ideas de la cultura, como lo digo, de forma extensa, en un libro mío de 2003, que tiene ese título, de que la economía deriva de la religión, ya citado antes en este texto, y de que la religión en otro libro mío de 2006, es la lógica de la cultura, seamos creyentes o no, somos de ideas cristianas y nuestros descendientes, depende: si es ritual, o si es el día a día. Por lo que, yo diría a Mariana Giacaman Valle y a Blanca Iturra Redondo, que el cordón umbilical está más de lo que cortado por que somos de etapas culturales, es decir, de hábitos y costumbres diferentes. Quién me da la razón, sin saber él, evidente, es Karolus Woitila, conocido como Ioannes Paulus Pp II o Juan Pablo II, Papa Católico[114], el cuál, como comento en la nota al pié de página, mandó a confeccionar un Catecismo que había sido comenzado en el Concilio Vaticano II, en 1962, convocado por Juan XXIII o Angelo Giuseppe Roncalli, que no lo terminó, por causa de muerte. Su Sucesor, Giovanni Montini o Papa Paulo VI, lo continuó y lo cerró en 1965. No hubo ningún resultado por escrito, excepto las Actas, que, talvez, no interesen al lector. En 1978, Karol Wojtila quiso juntar dos memorias y se mandó llamar Juan Pablo, la síntesis de los Papas anteriores. Pero eso es Historia Eclesiástica. Todo lo que me interesa a mí, es la lógica común usada por Wojtila para atraer fieles a su iglesia. Así despenalizó una serie de actos, referidos por mí en otros textos, como la masturbación, el amor de personas del mismo sexo, a quienes aconseja castidad, así como convocar encuentros de jóvenes católicos, la Iglesia Romana pagaba los viajes, y el predicaba sobre no cometer abusos sexuales, como él llamaba a hacer el amor antes del matrimonio, porque el acto sexual era una creación divina para dar hijos en la tierra a la divinidad. Es suficiente leer el artículo 2215, citado en extenso en la nota de pié de página anterior, para saber como había un concepto de lógica común. Porque una cosa es lo que el Papa Romano dice, otra es lo que la gente hace. No dudo que hay muchas personas devotas que siguen al pié de la letra lo que aprenden en el Catecismo. Pero, la mayor parte, hace lo que entiende. Hay la obediencia católica a las ideas en general, pero hay más respuestas culturales que respuestas de fe. Es posible saber de esa realidad cuando hacemos trabajo de campo entre los católicos y sabemos, por la forma de vivir de ellos, que la unión sexual comienza desde muy temprano. Cómo he dicho en otros textos míos, ¡ Ay de quién, en la pubertad, sea aún virgen! El hecho sería considerado una vergüenza social. Esta vergüenza social me hace recordar una historia anecdótica. Iba en el tren desde mi casa hasta Lisboa, en los años noventa del siglo pasado. Esos años dónde yo era muchas veces solicitado para ir a la televisión; un joven me reconoció, se acercó a mí, y me preguntó como podía enamorarse - había visto mi programa anterior con Eugenia Moura Pinheiro en el Canal 2, cuando debatía con médicos, escritores y analistas, sobre la sexualidad de la juventud- En ese programa mi opinión había sido que los jóvenes enamoraban en la cama, desde el comienzo. Este señor nuevo me preguntó, sobre la base de mi programa, cómo era posible enamorarse. Mi respuesta fue breve: hay que seducir. Su otra pregunta rápida, era que como era seducir. Bueno, le pregunté cuántos años tenía y si había o no enamorado antes, su respuesta fue también breve: veinte y, no, nunca he enamorado. A seguir, su explicación: cada vez que me propongo a las niñas, les pido ir a la cama, y ellas no quieren. Respondí que me parecía evidente, porque seducir es hacerse amar, y si el sexo resulta, muy bien. él no dejaba de hablar, porque yo no paraba de caminar, ya estábamos fuera del tren. Su intención resumió, no era enamorar, era casarse para ir a la cama, porque el hecho de fornicar[115] era pecado y no se quería condenar. Entonces le dije: mastúrbese, así, brutalmente. Brutalmente me respondió que yo lo quería condenar. Mi respuesta fue: le recomiendo leer el Catecismo del Papa, porque como me parece que Ud. es Católico Romano, creo que lo va a entender. No me quería creer. Me hice un tiempo y lo llevé, casi como un papá a su hijo, hasta la librería de las Hermanas Paulistas, pedí prestado un diccionario y busqué el artículo conveniente, el 2352, en el parágrafo denominado Las ofensas a la castidad[116]. Es evidente que fue necesario explicar el texto al joven que todo lo que entendía era su deseo de placer sexual. No creía lo que yo decía, lo dije que le preguntara a su Párroco, que, según mi entendimiento, también se masturbaba o tenía mujer o hombre, como he visto en muchas de mis incursiones al trabajo de campo en sitio. Para acortar este largo relato, quería resumir un hecho breve, ¡por lo breve que el hecho es! El joven estaba satisfecho y rápidamente me dijo, me voy, y se fue, y dijo a dónde y a lo que iba: a un restaurante, para en el baño... y... masturbarse... recuperando así el tiempo perdido, porque iba a tener un placer postergado sin, necesariamente, irse al infierno.

Lo que el joven no sabía, eran dos cosas, talvez. La primera era decir que la masturbación hace parte de la vida de las personas desde el cuarto mes de gravidez de la madre hasta tarde en la vida. Hay diversas formas de auto excitación. Los bebés en el vientre de su madre, si seguimos los estudios de Wilfred Bion[117], ese fiel discípulo inglés de Melanie Klein, la excitación de la libido comienza ya en la ingestión del líquido amniótico de la madre. Fue probado por Bion en el libro antes citado, y comentado por los autores citados en nota al pié de página.[118]No apenas Bion, el propio Sigmund Freud había comenzado su experiencia del analices de la libido y de las experiencias de masturbación en su libro de 1905, editado en Viena de Austria y publicado ese mismo año en Londres, texto en el cual refiere que la zona anal es parte de lo que él denomina zona erógena por estar situada "convenientemente cerca de zonas sexuales que despiertan la libido", forma de hablar muy elegante, porque en su tiempo no se podía decir mucho más sobre la sexualidad.[119]. En el texto de Didier Anzieu[120], aparece en el auto análisis que Freud se hizo a sí propio, como podía inducir sueños con eyaculación, especialmente cuando su mujer le pidió nunca más entrar en ella porque tenían muchos hijos. Fue la época que Freud comenzó a tener los denominados "sueños mojados" y a enamorarse de su cuñado, el hermano de su mujer, como he narrado ya en otros textos
Lo que sí es que, si el cordón umbilical es la afectividad y la emoción, allí Mariana Giacaman y Blanca Iturra tienen razón. Hasta un cierto punto. Existe en la lógica de la cultura, especialmente en el Torah[121] o Biblia Judaica, un conjunto de ideas sobre los sentimientos de los que Sigmund Freud retiró sus ideas sobre el psicoanálisis, y el Talmud[122], que reglamenta la vida sexual judaica. Entre su saber médico y religioso, Freud y Karl Jung, como Melanie Klein, escribieron textos ya citados, especialmente sobre la libido, el mayor placer del ser humano, que el Talmud restringe para orientara a las personas. Es por eso que Jacques Lacan[123] reformuló, entre los años 40 y cincuenta del Siglo pasado, la teoría psicoanalítica. Entendió que las palabras hablan y fue a buscar información a la Ciencia de la Antropología con Lévi-Strauss, mi antiguo patrón, y a la semiología, con los estudios de Sausure.

El cordón umbilical es difícil de cortar. Todo el análisis que he hecho hasta ahora, tiene como base la relación familiar, la fidelidad a la mujer con quién uno se casa y tiene hijos, ese don difícil de guardar porque la libido es parte importante de nuestra fisiología. No apenas la fidelidad, bien como el cultivo de la familia. No me parece claro que los encuentros entre parientes muy llegados, se corten. Creo que es una relación social nada agradable entre los seres humanos. Aún cuando yo no crea en la existencia de una divinidad, creo firmemente en la capacidad para crear lazos de relación profundo entre ascendientes y descendientes. Estoy seguro, después de haber investigado mucho, de que las ideas religiosas, si son parte de la lógica de la cultura, acaban por ser la base de la felicidad y del desarrollo de las emociones. No es en vano que Françoise Dolto[124] haya escrito los textos psicoanalíticos de los Evangelios, porque ha encontrado en ellos, los oficiales y los prohibidos, como el de Judas Iscariote, bien como en los no reconocidos como el de Tomás, el Apóstol de duda, y otros escritos no reconocidos como fidedignos por la Iglesia Romana, por no ser de personas que hayan estado cerca del llamado Hijo de Dios hecho hombre. Sin embargo, Paulo de Tarso, el denominado San Pablo, era un ciudadano romano que existió casi cien años después de la muerte de Cristo y, como era ciudadano romano y sabía escribir, escuchó la historia de Jesús de sus discípulos, las tradujo del arameo, la lengua de Cristo, para el latín, que era hablado en toda Europa y las envió como cartas, llamadas Epístolas, que en latín quiere decir carta, a los varios grupos romanos que se convirtieran al cristianismo. A pesar de la distancia en años, era conveniente para la Iglesia Romana tener un ciudadano romano a predicar. La solución fue simple: se creó un milagro, Cristo habría aparecido a Pablo de Tarso[125] y le habría dicho ¿por qué me persigues? Y, ante el terror de esta aparición, Pablo de Tarso habría ido a hablar con los discípulos y se habría convertido.

Françoise Dolto, una católica devota, cuando se hizo sicoanalista, de inmediato escribió varios libros sobre la infancia y el mal que causaba en ellas las historias de cuentos de hadas que era la catequesis. Como dice en el libro referido, ha descubierto un psico drama en las historias del catecismo, que asustan a los niños y retiran de ellos el deseo libidinal, normal en todo ser humano. No es en vano que en el filme de Ang Lee, El Secreto de Brokeback Mountain, se diga: "El amor es una fuerza de la naturaleza[126]", ese amor negado en los Evangelios, porque la vida en la tierra no es la normal, lo normal es la vida en el cielo que, para ganarlo, es preciso ser casto, puro, santo. Es decir, una contradicción entre la verdad de la naturaleza y la verdad revelada a los Apóstoles, que, como se dice siempre, es un misterio al que solo se accede por la fe, agregando, como dice la misma Biblia Musulmana, llamada El Corán, que la fe mueve montañas, si Alá no viene a Mohamed, el Profeta a quién le habría sido revelado el libro por su Dios, Alá, va a la montaña. Y fue. Cuando volvió, por no saber leer ni escribir, le dictó la Revelación a su hija Fátima.

El crecimiento de nuestras hijas estuvo lejos de estos temas, por lo que no es necesario desprenderse del cordón umbilical, ellas ya lo han cortado... ¡hace... tiempo!

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