quarta-feira, 15 de setembro de 2010

Esperanza - una historia de vida 6, por Raúl Iturra

Eran los tiempos en que el dinero escaseaba. Había dos casa para mantener: la suya en casa de sus padres, y ayudar a sus padres en los gastos que ocasionaban. La solución fue simple: la emigración de Herminio para Venezuela, que rendía dos sobres de dinero todos los meses, uno para su mujer e hijos y otro para pagar a sus padres los gastos que ocasionaban su familia en la casa paterna. Esperanza también colaboró y comenzó a trabajar de empleada doméstica en la casa de Carbañillos, de Alicia Louzao, casada con Salvador Iglesias González, camionero, esa Alice de la casa de los denominados Cadulhe en el lugar antiguo de Vilatuxe. Los niños que daban con los abuelos, tíos y primos y ella ahorraba el salario que le era pago, con los ojos y las ideas siempre centradas en la que, pensaba ella, sería finalmente su casa en Lodeirón. La casa comenzó a ser construida con Herminio aún en Venezuela y los albañiles eran pagos todas las semanas por las remesas enviadas a su mujer e el salario de ella. A la vuelta de Herminio, la casa fue acabada por él, con la ayuda de Pepe, el hijo mayor, y de la familia de Esperanza, entre ellos, Amado Dobarro, su cuñado y compadre. Esperanza también asistía. Estaba habituada a trabajar en lo duro, ya había sido empleada doméstica de Doña Amparo de Varela, a sus 13 años, la prioritaria del Paço de Vilatuxe Lugar, que más tarde el Párroco Luís Vázquez Lamela, ese grande amigo mío que falleció muy joven y me hospedó en su casa. El Paço de Vilatuxe lo comprara, refaccionara y ofreciera a Consuelo Fernández Ferradás, la mujer que lo cuidó toda su vida, en conjunto con si madre de ya 80 años, Filomena Ferradás Gonzáles, viuda de Benito Fernández. Como comenta Herminio, sin ninguna malicia, es un hombre puro, nada dado a las malas lenguas, Consuelo, la Mujer del Cura...

Antes de continuar con las entrevistas que hice a los Medela, me parece conveniente mencionar la procedencia de Esperanza. Ella era Esperanza Dobarro Gomes. Sus bisabuelos paternos, en los tiempos de miseria del Siglo XIX, andaban en procura de un sitio para tratar de establecer un contrato de foro o de aparcería. Su origen, como Esperanza me contara, era de Espinheiro de Ourense; fueron los padres de Domingos Dobarro Touves, nacido aún en Espinheiro en 1862 y fallecido en Vilatuxe en 1939, en donde asentó contrato de enfiteusis con los Medela, por medio del matrimonio de una hija de la tierra de Vilatuxe, Teresa Dobarro, que vivió entre 1856 y 1928. Pertenecía a la dinastía, por decir así, de los Dobarro de Vilatuxe, enfiteutas de los Medela. Fue de esa manera que un Dobarro de Ourense, pasó a ser, para usar los conceptos aún en boga, enfiteuta dos Medela. Tuvieron, ente otros, un hijo, Antonio, que vivió entre 1893 y 1973, casado con Manuela Gomes, que viviera entre 1891 y 1973. Es la mujer que Herminio llama una Santa y que era un encanto para sus hijos. Porque estos Antonio y Manuela, eran los padres de Esperanza, esa época que, como narré antes, yo la conocí toda vestida de negro por dos lutos sucesivos: la muerte de sus padres dentro del mismo año, como hemos descubierto con Pilar Medela al estudiar los libros da bautismo, de confesiones y de defunciones de Vilatuxe, en la casa del Párroco Bernardino, que lleva ahora las dos parroquias: Vilatuxe y la suya original, Sotolongo.

Lo que nos ha llamado la atención en esta investigación, es que ya el padre de Esperanza está inscrito como agricultor, a pesar de no ser propietario, ni él ni sus hijos, los hermanos de Esperanza; Ramón. De 1920, se defiende como albañil, José, que vivió entre los años 1922 y 1982, aparece como agricultor, casado con Maria Loureiro, de Lebozán do Monte Manuel, de 1924, trabajaba como zapatero y se fue a Ourense, a las tierras de su mujer en Ourense, en donde estos sobrinos de Esperanza se hace, Pilar, enfermera e Iván, estudiante. El único que vive aun, sólo, viudo e sordo, es Amado, casado con Elena Donsión, que tenía por profesión ser modista.

Mi pregunta es: agricultores de qué? Amado había comprado algunos ferrados, que aún cultiva con sus pesados 83 años.

Los Dobarro pasaran a ser o estudiantes, o comerciantes o albañiles. Con la nueva ley de Juntar tierras y acabar con el minifundio, todos vendían sus pocos ferrados y se hacían comerciantes. La agricultura ha acabado, hay apenas los que han comprado las tierras de otros y organizado una empresa pecuaria. Se han hecho miembros de una cooperativa de propietarios de tierras y vacas, para vender leche. Los matrimonios hoy en día, no son por amor, son por conveniencia de juntar tierras, como he narrado antes.

Lo que interesa es la vida de Esperanza y lo que su familia piensa de ella. Es la es parte del libro a la cual volvemos.

Cada miembro de la familia, dice una cosa dulce y diferente, así como hay hechos diferentes entre 1998 y 2006.

Hoy, 16 de Julio de 2010, estoy con Pilar, mi amiga, comadre e colaboradora en la investigación de la saga de los Medela Dobarro, después de tantos años-cuatro-, sin saber unos de otros. La conversación fue una ensalada de gallego, portugués y castellano. Quería saber las nuevas noticias Medela, como ella las conoce. Entre 2000 e hoy, han nacido nuevos vástagos de los Medela Dobarro, los descendientes de Esperanza, que hacen de ella una matriarca y le ofrecen la eternidad. Después del nacimiento de Isaías en 1998, hijo demorado de Miguel e Karina, casados en el año 1996. Miguel trabajaba en una empresa funeraria e andaba perdido de amores en sus 24 anos, de Karina Fernández Rodríguez de Lalín, con 23 anos. Casaron con un Miguel de 24 años y una Karina de 21. Pasaron dos años sin hijos, como ellos querían. Habiendo nacido el primero, Isaías, el 18 de Marzo de 1998, el nieto mimado de mi compadre abuelo, que desea hacer de él un señor y le trae un caballo preparado para montar, todos los días de mañana, con arreios e manta para la montura.

Después de este elegante y joven nieto, con imagen de príncipe en sus diez años, dice Pilar que comenzaran a nacer las bisnietas. Fue la alegría de Esperanza, parecía estar con la misión cumplida. La primera fué Naira, hija de su nieta Mónica, modista en Lodeirón, casada con Luís López, cuyo apellido tuve que buscarlo en mis archivos, porque, noto yo, propositivamente lo olvidan. Tendrán sus motivos, que no me cabe preguntar, como analista, si ellos no lo dicen primero. Tendrán sus motivos. Su trabajo es ser Jefe de Cocina en un balneario en Rivadavia, también de Ourense. Tienen dos hijas, siendo Naira, con ocho años de edad, la mayor, que estudia el tercer curso en la escuela de Carballiños. Su fama es ser mu estudiosa, tiene buenas notas y ser la primera de su curso. Lo que más gusta es vivir en el pueblo y no en el campo, considerándose niña de ciudad, bien diferente a su bisabuela Esperanza. La hermana más joven, Natividad, tiene siete años, cursa el segundo año, también en Carballiños, estudiosa como su hermana, apenas que guste del campo, jugar con ovejas y cabritos, a los que alimenta y acaricia. Es la típica biznieta de Esperanza, con la diferencia que la bisabuela no tenía otra alternativa y cursó solo la primera clase. Bien como, para ir a la escuela, llevaba los zapatos en la mano para no gastarlos ni ensuciarlos: los pies se lavan y aparece un callo en la palma del pié, que sirve de suela y los zapatos, había que comprarlos y no había dinero para ello. Piensa Natividad ser mujer de campo, es decir, una López Medela rural, guardando la tradición de la familia. Por lo menos, hasta el día de hoy.

En la medida que la familia crecía, otros desaparecían. Fue el caso de la abuela Esperanza que, por no resistir a los cuidados que debía mantener por causa de la enfermedad que la minaba: tenia diabetes, acabando, sin querer, por fallecer de esa dolencia a 21 de Janeiro de 2006, una edad muy temprana para la época que vivimos. La familia aun la siente, vive con ella en sus sentimientos, como si estuviera siempre presente., como observé y fue corroborado por Pilar en su conversación privada conmigo Había sido jornalera del lugar de Vilatuxe en su juventud, hasta casara, a sus veinte y un años, en plena juventud, con el señor de la casa, Hernínio Medela Taín. Este libro é dedicado a ella, es sobre ella y la analizo, en conjunto con su familia más cercana, los que viven o una vez vivieron, en la casa de Lodeirón…Parece que la mala suerte rondaba es familia. Cuatro años después, fallece uno de los nietos mayores de Esperanza y Herminio, el hijo mayor de Carmen, nacido el 11 de noviembre de 1974, Francisco Javier, de leucemia, en el día 9 marzo de este año, con apenas 35 años.. Había emigrado a Venezuela, se había calificado como peluquero y en eso trabajaba. La enfermedad no perdonó y la familia Medela Dobarro estuvo de luto otra vez este año, por un mozo alegre y feliz que, en la edad mencionada antes. No pude hablar con sus padres, Carmen y su Marido Francisco Silva, comerciantes los dos, él del lugar de Balagosa, dónde también tenía un emporio, como el supermercado de Lodeirón. Supe de su vida, en mis conversaciones con el primo más querido, Migue, apenas dos años más nuevo que él y que me contara su historia, en el medio de una inmensa tristeza.

La familia también cambió: ya no eran agricultores, eran profesionales de diversos ramos, especialmente en el ramo comercial. El único que mantenía la actividad de agricultor y la ilusión de serlo, era Herminio Abuelo, con sus bien llevados 81 años, acompañado a veces por su hijo Miguel y su nieto Isaías. Mantienen esa ilusión con un pequeño rebaño de cabras y ovejas y un bode que las impregna. Todas las noches, antes de la cena, eran guardadas, traídas en una pequeña camioneta, o a pié, por Miguel, Herminio e Isaías. Es la forma de mantener vivo al padre, cuyo mundo ha desaparecido…

La Parroquia no es apenas Lodeirón, ni las familias son sólo los Medela. Tiene más catorce lugares o aldeas. En el de Vilatuxe, la población comenzó a disminuir con la desaparición de la familia Ramos Ferradás: primero Manuela Ramos Ferradás, casada con Avelino Fernández de Carretera, padres de Amparo, Pura, Eduardo Vítor, Ramón, Celso, Eligio e Félix, quien, por desesperación de estar siempre solo, se suicidara. Subsistieron por largo tiempo, los sobrinos y herederos de los que ya no estaban, nacidos en el Siglo XIX e fallecidos en XX: Luís, Maximino, casado con Dolores de Saborida, el padre de Lola Ramos, casada en el mismo sitio, Ramona, Filomena, casada con Pedro Fernández Quintana o do Cabo, que ultrapasara los cien años, mientras que su mujer Filomena, la tía Filomena para mí, falleciera ben entrados los ochenta años, Celestino, Antonio, Manolo el Pastelero, e Sara. El que vivió hasta cerca del Siglo XXI, reitero, fue el tío Pedro Fernández Quintana, con una excelente memoria, que en mi trabajo de campo de finales de los años 90, 97 y 98, me corregía, en sus noventa años, mis faltas en recordar nombres y lugares. Carlitos también heredó la tierra de Manolo El Pastelero, su tío, que no tenía hijos.

(Continua)

7 comentários:

  1. Que me quer? Mas é história que melhor me "soaria", se escrita em português galego... Enfim. AGIL

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  2. Aunque tu historia se centra en Esperanza, yo soy la nieta de Alicia Louzao. Mi hermano encontró tu post por internet, y nos emocionado mucho ver el nombre de nuestra abuela.
    Un saludo

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  3. Alícia. hoje às 15 horas temos mais Esperanza, como vê já vai em 6.Procure aqui na barra do lado direito e encontra os outros textos "Esperanza".Um saludo!

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  4. Para anónimo,
    Saiba que eu falo galego fluente, enquanto lá estive para escrever um livro. Mas, escrever hoje em dia em galego, é uma aventura sem fim e os destinatários do livro, o não percebem. Aliás, o português sugou p meu galego, por ser uma língua fixa e o galego está a ser fixado!
    Quanto Alicia; a tua avó era uma santa mulher. Apenas aguentar ao Carmelo, eras uma aventura!
    Espero que a nossa comunicação não seja apenas pelo Estrolabio. A minha morada Electrónica é:
    lautaro@necabo.pt E a tua, que Alice?
    E para Luís,
    Não é preciso defender-me, caramba. "Ser chileno" não é desculpa, j á são 50 anos fora da minha terra. Era melhor dizer: foi a opção do escritor! Obrigado, com todo

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  5. Infórmese señor Iturra lo que usted llama el pazo de Vilatuxe que pertenecio a doña Amparo fue legado a su único heredero, averigüe por favor, y no diga tantas mentiras y estupideces.
    Don Luis Vázquez nunca, NUNCA, compró, ni poseyó ninguna propiedad en Vilatuxe, por otro lado la señora Consuelo Fernández heredó una parte de la casa que perteneció a sus padres, no ningún pazo de don Luis Lamela. Consulte con su "hijo gallego" Manolo el maestro, o con Carlitos los cuales lo sacarán de su error y no ofenda con tamañas barbaridades a quienes descendemos de esa familia.

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