domingo, 14 de novembro de 2010

Professores - abandone-se esta lógica tão centralizadora do ensino

Luís Moreira

Diz Paula Romão, Directora da Escola Secundária do Castelo da Maia, doutorando em Ciências da Educação que apela à melhoria na qualidade do ensino e dos resultados dos alunos. (Público de 7/11)

Mais um professor que sentiu a necessidade de se fazer ouvir, como tantos outros que aqui tenho trazido, pugna pela autonomia das escolas, reivindicando uma maior responsabilidade pelos resultados, pedindo margem de manobra para tomar decisões em tempo útil, apelando a uma maior confiança nas lideranças para que possam prestar contas do desempenho da sua escola, dando-lhes instrumentos para que possam fazer a diferença.

Mesmo os constrangimentos financeiros que levam o governo a centralizar nos grandes agrupamentos, teriam melhor resposta na rentabilização dos meios humanos e materiais pela escola. Afinal a mesma lógica que leva países bem mais capazes do que o nosso a apostar nas "Free schools", com melhores resultados e poupança em estruturas intermédias.

Paula Romão fala também nos rankings das escolas, sublinhando o seu carácter erróneo em que faltam diversos e importantes factores que podem diferenciar as escolas. Há factores preditores do sucesso dos alunos como sejam o nível socioeconómico das famílias o esforço e a motivação dos alunos, o seu histórico, o sistema educativo, o fenómeno das explicações...estimando-se que só 25% é da responsabilidade da escola.

Já aqui trouxemos, repetidamente, esta questão, e a nossa Eva Cruz, professora reformada, em texto de grande abertura e clarividência avançou com um factor da maior importância que é o sermos capazes de saber, sem dúvidas, o que esperamos da escola.

Claro que, burocratas do ministério e do sindicato não estão interessados na autonomia das escolas, interessa-lhes esta centralização para poderem continuar com as suas guerras que nada têm a ver com a qualidade das escolas, nunca ninguém lhes ouviu apoiar a autonomia e a responsabilização da escola.

13 comentários:

  1. La autonomía de los centros educativos no puede considerarse aisladamente de otros factores. La educación es un proceso de largo recorrido. La escuela interviene en una parte muy importante de ese recorrido, pero sólo en una parte. La influencia real de la escuela en la educación depende en gran parte de dos factores de calidad: la coherencia didáctica y la idoneidad metodológica. Hay otros, pero me gusta señalar estos dos porque están directamente vinculados a la profesionalidad de los equipos docentes considerados como técnicos de la educación en general y los únicos especializados en la educación escolar. Por esa razón los equipos docentes en los centros deben garantizar técnicamente, profesionalmente, la coherencia del proyecto didáctico de ese centro educativo y la idoneidad metodológica, que supone el mantenimiento de unas constantes en los objetivos y los procedimientos y la actualización permanente de las líneas de acción en función de las necesidades. A ello se añade un sistema de evaluación coherente y un clima de convivencia escolar basado en la participación y la asunción de responsabilidades del alumnado en su propia formación. Nada de esto puede conseguirse sin la autonomía y la continuidad de los equipos didácticos, sin una estructura muy operativa en su funcionamiento y sin la recuperación de la iniciativa por parte de los equipos didácticos, como profesionales idóneos y más cualificados.
    No es poco como programa y son muchos los problemas asociados que habría que contemplar para dar sentido al debate y la reflexión. Y entre los problemas, la necesidad de fundamentar la formación del profesorado sobre bases más eficaces. La complejidad de las necesidades educativas en este momento y de lo que se espera a la escuela y se pide al profesorado es tan grande, que a veces los profesores pueden parecer "socorristas" o "sanitarios" ejerciendo de cirujanos en un campo de batalla.

    ResponderEliminar
  2. É mutio importante o seu comentário.em Portugal a centralização é cada vez maior, ao arrepio das opiniões de quem tem esperiências com a escola autónoma. são razões de poder que estão na origem do problema e não a qualidade do ensino.

    ResponderEliminar
  3. Cá estou eu de novo com a minha reflexão sempre agarrada ao mesmo sonho.
    Concordo com a autonomia das escolas mas solidamente alicerçada em princípios e objectivos sérios e éticos. As traves mestras são essencialmente os professores, os pedagogos.São eles os grandes obreiros da construção, já que são eles os que têm a formação ou deviam ter.Mas toda a sociedade tem de se empenhar. A Escola é o grande motor de civilização e cultura e como tal o cerne de toda a mudança.A Escola é a coluna vertebral da Humanidade e por isso devia ser a grande prioridade de qualquer governação.
    Apesar de erros cometidos, a Escola viveu no pós 25 de Abril um período de sonho único com realizações e concretizações ímpares.E creio que ía no bom sentido. Resta muito pouco do que se conquistou , o que, a meu ver, ainda alimanta hoje alguma vida que a Escola encerra.
    Infelizmente houve muitas reacções e atropelos , a começar por governantes,partidos e os próprios professores. Hoje também eles são vítimas.
    Vivi como já tive ocasião para o dizer intensamente a velha e a nova Escola e tenho a convicção de que se caminha a largos passos para a Escola do Fascismo.

    ResponderEliminar
  4. 1a. parte:
    La afirmación de que avanzamos -me permito usar el plural, porque nuestras sociedades, pese a sus diferencias, tienen una base de identidad suficiente como para poder compartir la reflexión sobre la educación y el sistema educativo- hacia la escuela del fascismo es muy grave, por su dimensión y porque supondría una regresión de extrema gravedad de nuestra sociedad. No soy muy optimista en cuanto al momento presente, ni a nivel social ni en relación con la situación de la escuela, pero creo que, pese a todo, la escuela -no el "sistema" escolar- es uno de los motores de la sociedad donde resulta más difícil vivir de espaldas a la realidad. Por eso las involuciones son difíciles, si no es por imposición, es decir, por la creación de unas condiciones que coarten la expresión de la espontaneidad y de la vida de tal modo que generaría unas "formas" que fácilmente constituirían -por fortuna- en nuestra sociedad un escándalo evidente.
    La afirmación, no obstante, traduce una visión dolorosamente desengañada de la realidad educativa. Los sentimientos de decepción, de frustración son un mal cuyas raíces entre los educadores han ideo alcanzando un vigor tan grande y una profundidad que va a hacer muy difícil erradicar el mal. Los educadores estamos moralmente autorizados a clamar contra los errores de los políticos, contra la sociedad, contra la mala educación ambiental, contra las condiciones de trabajo... Pero no podemos clamar nunca contra la realidad ni podemos permitirnos la decepción, la frustración, la desilusión. La escuela no es un oasis en el desierto de la sociedad, ni es un páramo en el vergel de la sociedad. Cuando hoy se habla tan a menudo de "fracaso escolar", ¿sabe alguien de qué se está hablando? ¿a quién hay que imputar el fracaso? ¿cómo se mide el fracaso, en relación con la historia, con el futuro o con no sé qué variables del presente? ¿Y qué es más grave, el fracaso escolar o el fracaso educativo global? ¿Cuántos niños llegan a la escuela en edad infantil con un fracaso "educativo" acumulado? ¿Y alguien de quienes pontifican sobre fracasos se da cuenta de lo difícil que resulta construir un éxito escolar sobre un fracaso educativo que acompaña a los niños en su entorno habitual desde antes de su ingreso en la escuela, durante su permanencia en la escuela y después de su paso por la escuela? ¿Tiene alguien en cuenta el fracaso "educativo" o "formativo" o "madurativo" o "afectivo" o "socialógico" de los adultos que acompañan el crecimiento y tutelan la formación de los niños? ¿Se considera de algún modo el fracaso colectivo que supone alimentar unos medios de comunicación de masas adocenantes, acríticos, despersonalizadores? ¿Se valora la influencia de un concepto del ocio desprovisto de valores, de unas formas de relación egocéntricas, de unos modelos comportamiento social y unos hábitos hedonistas...? ¿Sobre esta base hay que construir la eficacia formativa y el éxito educativo de la escuela?

    ResponderEliminar
  5. 1a. parte:
    La afirmación de que avanzamos -me permito usar el plural, porque nuestras sociedades, pese a sus diferencias, tienen una base de identidad suficiente como para poder compartir la reflexión sobre la educación y el sistema educativo- hacia la escuela del fascismo es muy grave, por su dimensión y porque supondría una regresión de extrema gravedad de nuestra sociedad. No soy muy optimista en cuanto al momento presente, ni a nivel social ni en relación con la situación de la escuela, pero creo que, pese a todo, la escuela -no el "sistema" escolar- es uno de los motores de la sociedad donde resulta más difícil vivir de espaldas a la realidad. Por eso las involuciones son difíciles, si no es por imposición, es decir, por la creación de unas condiciones que coarten la expresión de la espontaneidad y de la vida de tal modo que generaría unas "formas" que fácilmente constituirían -por fortuna- en nuestra sociedad un escándalo evidente.

    ResponderEliminar
  6. 2a. parte
    La afirmación, no obstante, traduce una visión dolorosamente desengañada de la realidad educativa. Los sentimientos de decepción, de frustración son un mal cuyas raíces entre los educadores han ideo alcanzando un vigor tan grande y una profundidad que va a hacer muy difícil erradicar el mal. Los educadores estamos moralmente autorizados a clamar contra los errores de los políticos, contra la sociedad, contra la mala educación ambiental, contra las condiciones de trabajo... Pero no podemos clamar nunca contra la realidad ni podemos permitirnos la decepción, la frustración, la desilusión. La escuela no es un oasis en el desierto de la sociedad, ni es un páramo en el vergel de la sociedad. Cuando hoy se habla tan a menudo de "fracaso escolar", ¿sabe alguien de qué se está hablando? ¿a quién hay que imputar el fracaso? ¿cómo se mide el fracaso, en relación con la historia, con el futuro o con no sé qué variables del presente? ¿Y qué es más grave, el fracaso escolar o el fracaso educativo global? ¿Cuántos niños llegan a la escuela en edad infantil con un fracaso "educativo" acumulado?

    ResponderEliminar
  7. 3a parte
    ¿Y alguien de quienes pontifican sobre fracasos se da cuenta de lo difícil que resulta construir un éxito escolar sobre un fracaso educativo que acompaña a los niños en su entorno habitual desde antes de su ingreso en la escuela, durante su permanencia en la escuela y después de su paso por la escuela? ¿Tiene alguien en cuenta el fracaso "educativo" o "formativo" o "madurativo" o "afectivo" o "socialógico" de los adultos que acompañan el crecimiento y tutelan la formación de los niños? ¿Se considera de algún modo el fracaso colectivo que supone alimentar unos medios de comunicación de masas adocenantes, acríticos, despersonalizadores? ¿Se valora la influencia de un concepto del ocio desprovisto de valores, de unas formas de relación egocéntricas, de unos modelos comportamiento social y unos hábitos hedonistas...? ¿Sobre esta base hay que construir la eficacia formativa y el éxito educativo de la escuela?

    ResponderEliminar
  8. 4a parte
    La sociedad no cree en los maestros... Y en cambio, les pide constantemente que pongan orden en la educación... Que equivale a poner orden en la formación y el crecimiento de los alumnos, sobre los cuales ejercen una influencia cada vez menor y cada vez más contestada o desvalorizada por el medio familiar y social o de relación en que se mueven... Es una obra de titanes que aplasta a los maestros y profesores. Sobre todo porque nadie sabe leer en los tiempos actuales las claves del presente ni, mucho menos del futuro. Y todos leemos en referencia al pasado o a no sé qué ensoñaciones. Los educadores de la etapa escolar han de afirmar su autoestima, por encima de la mala consideración social, de las malas condiciones de trabajo... Han de reivindicar ante la sociedad su condición de profesionales de la educación, de técnicos en didáctica, de expertos lectores de la realidad que les rodea y que sus alumnos llevan al aula... Y eso es algo que ningún profesor particular, ni que fuera Superman, puede hacer él solo. Eso es una tarea de todo el colectivo. Pero ese colectivo abstracto se concretiza en cada escuela y es, por tanto, en cada escuela donde el profesorado debe formar piña en torno a un proyecto educativo compartido, y en base a él establecer sus objetivos de aprendizaje y formación, tomar sus opciones didácticas y establecer sus formas de evaluación, definir un estilo de convivencia y de formación, y perseverar en ello, irradiando su acción educativa hacia el entorno de los alumnos.

    ResponderEliminar
  9. 5a. parte
    Y sin dejar que nadie, ni siquiera la administración o los políticos, ni siquiera los padres, ocupen el espacio de desempeño profesional que compite al maestro. Los primeros educadores son los padres, pero no son los que saben más de educación. Pueden opinar, pueden participar, pueden colaborar y decidir un montón de cosas. Pero no pueden jugar a ser expertos en educación... Salvo, claro está, que los maestros y profesores abdiquen de su prerrogativa, no sepan mantenerla o la cedan al primero que la quiera.
    Creo, sinceramente, que no vamos hacia la escuela del Fascismo, porque entiendo que eso sería ir hacia la escuela de pensamiento único. Creo que nuestra sociedad avanza hacia formas de no-pensamiento, de existencia acrítica, de comportamiento caprichoso, de desarraigo... Es decir, que, en este momento, no tiene ni puñetera idea de adónde va... Y probablemente esa misma sociedad arrastra la escuela a largos pasos hacia no sabe dónde... Creo que los educadores escolares, como profesionales y expertos, han de hacerse con el timón de una nave que va a la deriva...

    ResponderEliminar
  10. Caro Jose A. Vidal
    Creio mas não quero que a Escola volte à Velha Escola, que no caso de Portugal foi a escola do fascismo.
    Talvez o sonho alto de mais justifique o desencanto e tenha de admitir que posso estar a exagerar. Acresce a idade e ,como já disse ,as penas das asas vão caindo e o voo é mais raso.
    Refiro-me sobretudo à estrutura instituição que cada vez mais se identifica com a da velha escola e o sistema institucional é ,como se sabe, manipulador de ideias e acções.
    Um simples exemplo prático. O sistema do director , substituto do conselho directivo, órgão colegial democraticamente eleito, o próprio sistema de avaliação selectiva, pouco valorativa e pedagógica, geradora de ambientes pouco salutares e solidários, estão a perverter e a desvirtuar o verdadeiro sentido e valor da escola. Não tardará muito a que um director escolha os professores da escola por cunha ou razões partidárias. Isto porque os processos e os comportamentos, segundo a minha observação atenta ( embora já afastada dos meios escolares) são exactamente os mesmos dos moldes da velha escola.
    Claro que a Escola no seu amplo sentido não é só a instituição. Começa como diz e muito bem com a família. Mas isso levar-nos-ia mais longe.
    Espero que os professores e educadores ( e há muitos e bons)conduzam a nau a bom porto.

    ResponderEliminar
  11. não creio que numa escola assente no mérito e na avaliação seja controlada por amiguismos e partidarismo.Pelo menos tem à partida condições de ser muito mais transparente que uma escola assente na antiguidade e em concursos cegos que não permitem a constituiçõa de equipas solidárias e meritórias. O quadro de professores de uma escola não pode estar sujeira"à lotaria" dos concursos anuais. Uma escola tem que ter a possibilidade de constituir uma equipa, que seja resultado das necessidades e dos objectivos e não da aleatoriedade.Um director a quem se exigem resultados tem que ter a possibilidade de escolher a sua própria equipa. ma na escola pública também se pode e deve fazer assim.

    ResponderEliminar
  12. Que avaliação, pergunto eu ? Também não creio que a antiguidade seja, por si só, razão para avaliação ou mérito.
    Acho que ainda não me fiz entender.
    Não tenho nada contra os directores como pessoas. Sou amiga de alguns e feliz a escola onde eles estão.
    É o sistema e o modelo.Como já disse,a filosofia que preside a todo este modelo, está profundamente errada a meu ver. Claro que não sou detentora da verdade. Mas a Escola é uma realidade complexa. Não é uma fábrica ou uma empresa.
    Talvez a minha vivência e as experiências positivas e negativas que tive ao longo de uma vida profissional exigente e intensa me tenham dado esta convicção.Oxalá que a Escola esteja no bom caminho. Mas não acredito.

    ResponderEliminar
  13. Eva, tal como já afirmou aqui noutro dia, uma escola que não saiba o que se quer dela é um completo fiasco. A partir de fixado esse objectivo( a escola saber o que procura para os alunos) é possível estabelecer critérios de avaliação.Diz-me que a ecola é muto complexa. Já tentou compará-la a um hospital, por exemplo, onde o universo de doentes, patologias,é todos os dias diferente? Centenas de doentes todos diferentes todos os dias? E não há avaliação? Já viu que um professor vai para a escola, entra numa aula e não sabe o que fazer? descarrega a matéria? Ajuda os alunos nas dificuldades? assegura-se que os alunos dominam determinados conceitos? Ali ao lado, dezenas de professores fazem o contrário ou coisa diferente do primeiro. Acha que numa escola assim, há lugar para o sucesso? Onde ninguém sabe o que fazer?

    ResponderEliminar